24 de marzo de 2014

Tiempos del mar.

Reconocemos el olor del mar con solo recordarlo, es sutil, emocionante, lleno de frescura y de un calor que no se puede comparar con ningún otro.
Recordamos la primera vez que lo vimos y cómo nos quitó el aliento con su voz, tronando en nuestros tímpanos la buscamos con el recuerdo cada vez que queremos volver a él.

En mi caso, yo me ilusioné con el mar, sus suaves movimientos y su tormenta tras cada oleada de brisa, mueven mi falda y yo simplemente me dejo llevar. No peleo, pero tampoco me quedo quieta, trato de quedarme en él,  pegada a su vaivén, y quedó con los labios entreabiertos y las palmas de las manos rozan el agua; Que no sólo es azul, es verdosa, oscura y clara.

Y esconde tantas palabras pero entre en las crestas  deja ver un poco de si, y yo sigo caminando al fondo de él, meditabunda. como quien se llena de deseo seducida por su profundidad con las posibilidades de ser arrollada con el viento y sumergirse para no volver.

Sólo cuando entras en el mar, sientes el hormigueo en la planta de los pies, el agua que sube y lame tus piernas, que te arrastra hasta el fondo, que la dominas pero es al contrario, eres dominada por ella.

La luna se esconde no quiere ver como ella queda sujeta entre sus brazos. entre sirenas de versos sólo se sonroja y quiere seguir caminando.



tiempos aparte... no se cuanto seguiré caminando.. yo me quiero seguir dejando llevar con los ojos cerrados, haciendo confianza en mis sentidos,, en mi eterno sentir y pensar un infinito momento para mi.


1 comentario:

Camilo Monsalve dijo...

es el mar con su furia infinita aquel que nos llama, es la marea que baila al son de la luna danzante aquella que nos hace sucumbir entre su hipnótico movimiento. Del mar venimos y al mar volvemos. Como lagartos recién paridos por las entrañas del océano hace mas de 2 millones de años, extrañamos su calor de madre. Como polvo de estrellas recién re ordenado en seres de mil formas extrañamos el fresco aroma de la noche, la luz de las estrellas y el amor de nuestra hermana la luna.
Que me lleve el mar, que prefiero estar en sus brazos a vivir la soledad en tierra.