20 de noviembre de 2013

Tiempos de.. mil y solo una noche

Solo por está noche quiero ser Sherezada, disfrazar mi voz entre velos y empezar a relatar, cada palabra que sale de mi boca, cada suspiro se transforma en una historia, que te acompañara toda la noche de forma que mañana al despertar encuentres que los relatos eran sueños, tan reales que quieres volver a tenerlos cada una de las noches. 

Finguire que conozco cada uno de ellos, y al comenzar..."Erase una vez" en tu mente se dibujarían grandes letras itálicas que se transforman en ese paisaje en el que ella, la protagonista del cuento se encuentra sola en el desierto, con cadenas en las manos y mirando al cielo estrellado. 

Por que de antemano  sé , que la noche te deslumbra, no sabes que esconde, quieres seguir escuchando, quieres sabes por qué, ella llora en esa noche tan estrellada, y por que el viento levanta la arena y la imagen deja de ser una ilustración en acuarela. Y ella se transforma en una mujer de carne y hueso. 

Tomo tu mano y me siento a tu lado, me miras fijamente y sabes que es lo que sigue, de la arena sale un genio, aquel que cumple los tres deseos, pero antes de cumplirlos ves que en una de sus manos tiene una lampara, la misma que yo pongo en las tuyas, y preguntas ¿para que sirve? - ella jala con dificultad sus manos con las que toma la lampara y exclama "yo no quiero magia" "no quiero los tres deseos" el genio la mira fijamente, se ríe - y tu te me acercas un poco más, me miras con los ojos abiertos, sabes que el genio saldrá de la misma forma del cuento como con la que entró - pero en ese mismo instante en que abres la boca, dejo caer en tu mano una pequeña llave, la misma que recibió la mujer que miraba a la luna - 

y me recuesto a tu lado, lampara, llave, velos en mano, te miro y mi deseo es realmente ser Sherezada, que quieras tenerme de nuevo la noche de mañana en tu cama, relatándote alguna historia, que quieras tenerme cualquiera de tus días, que llegues de tus virtualidades a mi realidad. 

Por que la letra ya no es itálica, por que la mujer que mira al cielo en Arabia, ya no es Sherezada, y ya no hay mil y una noche de cuentos eroticos, hay historias que se cuentan entre dos - le respondo "Toma la llave, ponla en la lampara, y cuando desees realmente tener un corazón, ya tienes con que abrirlo" - 


11 de noviembre de 2013

Tiempos perdidos

Todas las luces se encendieron, mi corazón era el único que palpitaba en toda la sala, me había quedado sola, y mis palabras se habían quedado conmigo, totalmente a la deriva, a la espera de nada por que después de tanto tiempo ya no esperas nada, ni siquiera que una frase llena de cinismo salga de tu boca - ni siquiera tres palabras que apaguen las luces por que enceguecían. 

Sus ojos se habían adaptado a la oscuridad, sus ojos habían dejado de escuchar a los demás y escasamente sentía un palpitar que era lejano pero absolutamente cercano a ella, ese palpitar no se encontraba en el pecho, se clavaba en los oídos, se metía en la mitad de su cabeza y retumbaba dejándola todas las ideas, quitandole todas las posibilidades, posibilidades de que de sus labios saliese algo más que un pequeño grito de 

- !Apaguen esa maldita luz! -

Pero está vez no fue así, las luces continuaron encendidas, la fiesta ya se había acabado, sobre la mesita de té: las copas, el polvo regado por lo bordes, los limones secos, la manchas sobre el vidrio - 

Caminó, dando unos cuantos tumbos, de la sala a su cuarto y a su cama no había mucha distancia, unas escaleras y la segunda puerta a la izquierda - la otras puertas daban al estudio y a una alcoba de invitados - 
se quito los tacones, los dejo uno por uno a la entrada y al lado de la cama respectivamente - su cuerpo quería dejarse ir sobre la colcha blanca, el pantalón le apretaba un poco, por lo que alcanzo a des-abotonarlo y en un movimiento soltó el sostén y lo saco por debajo de las mangas de la blusa. 

Su esperanza dormir, cerrar los ojos y dejar que pequeños pequeños rayos de luz se filtren por el black-out mientras que se pierde como muchas otras mañanas en esa colcha blanca, pero esa mañana no fue así, la cama seguía dando vueltas, el silencio seguía retumbando en toda la casa, las personas que la noche anterior la habían inundado, se habían ido, pero su su corazón era el único que aun seguía sonando- 

recordaba solo unas cuantas imágenes, la media luz de la sala, la gente en el lobby sacando comida de la nevera, ella limpiándose la punta de la nariz, ella acomodándose el vestido, ella abriendo lo ojos de par en par en el espejo, ella desenfrenada con la música, él abrazándola, el liquido viscoso en sus manos, alguien sosteniéndola, el viento frío del balcón, alguien gritando, ella limpiándose de nuevo la punta de la nariz con una servilleta, la sangre en la servilleta, la sirena, unas manos que la cogían,la pausa en la música.... la pausa en la música,  su grito de:   - !Apaguen esa maldita luz! - la oscuridad, la luz de nuevo, el silencio, su cama dando vueltas y su corazón que le palpitaba en el oído. 


20 de mayo de 2013

Tiempos de caminar con los ojos cerrados.

Juana... se vistió de nuevo, sentía sus piernas adoloridas, sus labios hinchados y su entrepierna palpitante y  ardiendole.  el grandisimo hijo de puta se la había follado más de una veces y la última vez la golpeo y mordió repetidamente, así ella siguiese gritándole que ¡no! que no quería tirar más, que se pusiera el condón, que no se le ocurriese venirse por dentro.

Inicialmente siempre se habría negado, pero esa noche la llamada llegaba totalmente inesperada, ya estaba en su casa y  no quería hacer otra cosa que recostarse a dormir, pero el teléfono sonó insistentemente,  tomo la llamada y la voz del otro lado la seducía,   la primera fue la seducción de la llamada, llamada que ella no esperaba, la segunda la propuesta: algo de compañía en la noche, el era un pedante pero ella había llegado del trabajo y estaba cansada, todo en su departamento le parecía soso, falto de gracia por lo que cambio de opinión, su ropa interior por algo más llamativo, su vestido de oficina lo dejo tirado sobre el piso y se puso su vestido de noche. finalmente sabía que esa noche no llegaba a su casa-

En el bar, estaba él con un media sonrisa, con la mirada clavada en la copa, haciéndose el intelectual, estaba terminando su doctorado sobre distribuciones del poder y genero,  se creía el último y el único hombre capaz de lograrlo todo en la vida, su contextura física formada en varias horas semanales en el gymnasio levantando pesas, golpeando la bolsa de arena ya parecía como un boxeador promedio. Y ella llegaba con la mirada cansada con unos medio tacones y el pelo recogido de cualquier forma, y ese vestidito que el desde hace rato él quería ver sobre el piso de cualquier habitación,

El la invito rápidamente a un par de copas, ella las tomaba sin afán, la conversación pasaba del postmodernismo, al VIH y a como una Argentina había llegado a ser reina de Holanda, o princesa no estaban muy seguros, lo único es que ella tenia la seguridad que con quien compartía el momento era el ser más pedante sobre el planeta, si para matar era necesario odiar, él era merecedor de ese odio,y mientras acercaba su mano a su bolso para pagar su parte de la cuenta, y salir corriendo,  el tenia entre su pantalón el pene que le hervía, ya había terminado sus copas y su fin era que ella continuara la noche tirada sobre su cama. 

El amague de ella de irse termino, en la propuesta indecente de él - una habitación, una cama y una ducha de agua tibia, sexo sin compromiso y no pasar la noche solos - dos, tres, segundos y ella accedía solo con la condición del "sin compromisos" y el stop a una farmacia por unos condones.

La noche cambio, pararon en la habitación de él, y empezaron a tirar, y solo era sexo, con la fuerza necesaria para hacerlo ardiente y la suavidad misma de conocer y acceder a cada uno de los puntos erogenos del otro, un condón, otras copas, el segundo y más copas, la ropa  de ella tirada en desorden, el con más ganas de ella, de seguir metiéndosela sin descanso - era la mejor putita que se pudo haber conseguido, era gratis y dominaba toda la situación, - pero ella ya estaba cansada, empezaba a quedarse dormida cuando el comenzaba de nuevo a apretarle los senos - no más, deja dormir - ella se volteaba - y el comenzaba a subir su pierna por el costado y a atajarla con sus brazos  - no más, estoy cansada - y el le susurraba al oído, le decía que era la última oportunidad que ella tenia de tirarse a un tipo como él, y a ella el odio volvía a emerger, ahora se odiaba ella, no entendía como había permitido dejarse seducir por aquel machote, el empezaba a bajar su mano hacía su vagina - no más, no entiendes que no quiero más -

pero el empezaba a tomarla con más fuerza - soltatáme - la tenia sobre la cama y ella seguía retorciéndose - dejáme en paz! grito ella - y el la agarraba con más fuerza - que me haces daño !- no me importa le dijo él al oído, si la estamos pasando también y yo se que te gusta.. que entre más violencia más te excitas...




* Tiempos Aparte.

había dejado atrás está historia, por que no me sentía cómoda con la situación que relato, por que me sentí violentada cuando la escribía, y es que no es fácil escribir, describir una violación, sí, una violación,  no todos están de acuerdo que a pesar que el sexo es consensuado y la desnudez es permisiva al otro, desde el momento en que se dice no y la otra persona sigue... esto implica una violación. pero me sentí en la necesidad de terminarla al leer ayer una pagina en la cual aseguraban que un alto porcentaje de mujeres se sentían  excitadas sexualmente al haber sido violadas - me niego a creer estás cifras y otras cifras más de mujeres que no denuncian por que anteriormente ya habían accedido al sexo, pero las condiciones de esté cambiaron en el acto -