11 de noviembre de 2013

Tiempos perdidos

Todas las luces se encendieron, mi corazón era el único que palpitaba en toda la sala, me había quedado sola, y mis palabras se habían quedado conmigo, totalmente a la deriva, a la espera de nada por que después de tanto tiempo ya no esperas nada, ni siquiera que una frase llena de cinismo salga de tu boca - ni siquiera tres palabras que apaguen las luces por que enceguecían. 

Sus ojos se habían adaptado a la oscuridad, sus ojos habían dejado de escuchar a los demás y escasamente sentía un palpitar que era lejano pero absolutamente cercano a ella, ese palpitar no se encontraba en el pecho, se clavaba en los oídos, se metía en la mitad de su cabeza y retumbaba dejándola todas las ideas, quitandole todas las posibilidades, posibilidades de que de sus labios saliese algo más que un pequeño grito de 

- !Apaguen esa maldita luz! -

Pero está vez no fue así, las luces continuaron encendidas, la fiesta ya se había acabado, sobre la mesita de té: las copas, el polvo regado por lo bordes, los limones secos, la manchas sobre el vidrio - 

Caminó, dando unos cuantos tumbos, de la sala a su cuarto y a su cama no había mucha distancia, unas escaleras y la segunda puerta a la izquierda - la otras puertas daban al estudio y a una alcoba de invitados - 
se quito los tacones, los dejo uno por uno a la entrada y al lado de la cama respectivamente - su cuerpo quería dejarse ir sobre la colcha blanca, el pantalón le apretaba un poco, por lo que alcanzo a des-abotonarlo y en un movimiento soltó el sostén y lo saco por debajo de las mangas de la blusa. 

Su esperanza dormir, cerrar los ojos y dejar que pequeños pequeños rayos de luz se filtren por el black-out mientras que se pierde como muchas otras mañanas en esa colcha blanca, pero esa mañana no fue así, la cama seguía dando vueltas, el silencio seguía retumbando en toda la casa, las personas que la noche anterior la habían inundado, se habían ido, pero su su corazón era el único que aun seguía sonando- 

recordaba solo unas cuantas imágenes, la media luz de la sala, la gente en el lobby sacando comida de la nevera, ella limpiándose la punta de la nariz, ella acomodándose el vestido, ella abriendo lo ojos de par en par en el espejo, ella desenfrenada con la música, él abrazándola, el liquido viscoso en sus manos, alguien sosteniéndola, el viento frío del balcón, alguien gritando, ella limpiándose de nuevo la punta de la nariz con una servilleta, la sangre en la servilleta, la sirena, unas manos que la cogían,la pausa en la música.... la pausa en la música,  su grito de:   - !Apaguen esa maldita luz! - la oscuridad, la luz de nuevo, el silencio, su cama dando vueltas y su corazón que le palpitaba en el oído. 


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