20 de mayo de 2013

Tiempos de caminar con los ojos cerrados.

Juana... se vistió de nuevo, sentía sus piernas adoloridas, sus labios hinchados y su entrepierna palpitante y  ardiendole.  el grandisimo hijo de puta se la había follado más de una veces y la última vez la golpeo y mordió repetidamente, así ella siguiese gritándole que ¡no! que no quería tirar más, que se pusiera el condón, que no se le ocurriese venirse por dentro.

Inicialmente siempre se habría negado, pero esa noche la llamada llegaba totalmente inesperada, ya estaba en su casa y  no quería hacer otra cosa que recostarse a dormir, pero el teléfono sonó insistentemente,  tomo la llamada y la voz del otro lado la seducía,   la primera fue la seducción de la llamada, llamada que ella no esperaba, la segunda la propuesta: algo de compañía en la noche, el era un pedante pero ella había llegado del trabajo y estaba cansada, todo en su departamento le parecía soso, falto de gracia por lo que cambio de opinión, su ropa interior por algo más llamativo, su vestido de oficina lo dejo tirado sobre el piso y se puso su vestido de noche. finalmente sabía que esa noche no llegaba a su casa-

En el bar, estaba él con un media sonrisa, con la mirada clavada en la copa, haciéndose el intelectual, estaba terminando su doctorado sobre distribuciones del poder y genero,  se creía el último y el único hombre capaz de lograrlo todo en la vida, su contextura física formada en varias horas semanales en el gymnasio levantando pesas, golpeando la bolsa de arena ya parecía como un boxeador promedio. Y ella llegaba con la mirada cansada con unos medio tacones y el pelo recogido de cualquier forma, y ese vestidito que el desde hace rato él quería ver sobre el piso de cualquier habitación,

El la invito rápidamente a un par de copas, ella las tomaba sin afán, la conversación pasaba del postmodernismo, al VIH y a como una Argentina había llegado a ser reina de Holanda, o princesa no estaban muy seguros, lo único es que ella tenia la seguridad que con quien compartía el momento era el ser más pedante sobre el planeta, si para matar era necesario odiar, él era merecedor de ese odio,y mientras acercaba su mano a su bolso para pagar su parte de la cuenta, y salir corriendo,  el tenia entre su pantalón el pene que le hervía, ya había terminado sus copas y su fin era que ella continuara la noche tirada sobre su cama. 

El amague de ella de irse termino, en la propuesta indecente de él - una habitación, una cama y una ducha de agua tibia, sexo sin compromiso y no pasar la noche solos - dos, tres, segundos y ella accedía solo con la condición del "sin compromisos" y el stop a una farmacia por unos condones.

La noche cambio, pararon en la habitación de él, y empezaron a tirar, y solo era sexo, con la fuerza necesaria para hacerlo ardiente y la suavidad misma de conocer y acceder a cada uno de los puntos erogenos del otro, un condón, otras copas, el segundo y más copas, la ropa  de ella tirada en desorden, el con más ganas de ella, de seguir metiéndosela sin descanso - era la mejor putita que se pudo haber conseguido, era gratis y dominaba toda la situación, - pero ella ya estaba cansada, empezaba a quedarse dormida cuando el comenzaba de nuevo a apretarle los senos - no más, deja dormir - ella se volteaba - y el comenzaba a subir su pierna por el costado y a atajarla con sus brazos  - no más, estoy cansada - y el le susurraba al oído, le decía que era la última oportunidad que ella tenia de tirarse a un tipo como él, y a ella el odio volvía a emerger, ahora se odiaba ella, no entendía como había permitido dejarse seducir por aquel machote, el empezaba a bajar su mano hacía su vagina - no más, no entiendes que no quiero más -

pero el empezaba a tomarla con más fuerza - soltatáme - la tenia sobre la cama y ella seguía retorciéndose - dejáme en paz! grito ella - y el la agarraba con más fuerza - que me haces daño !- no me importa le dijo él al oído, si la estamos pasando también y yo se que te gusta.. que entre más violencia más te excitas...




* Tiempos Aparte.

había dejado atrás está historia, por que no me sentía cómoda con la situación que relato, por que me sentí violentada cuando la escribía, y es que no es fácil escribir, describir una violación, sí, una violación,  no todos están de acuerdo que a pesar que el sexo es consensuado y la desnudez es permisiva al otro, desde el momento en que se dice no y la otra persona sigue... esto implica una violación. pero me sentí en la necesidad de terminarla al leer ayer una pagina en la cual aseguraban que un alto porcentaje de mujeres se sentían  excitadas sexualmente al haber sido violadas - me niego a creer estás cifras y otras cifras más de mujeres que no denuncian por que anteriormente ya habían accedido al sexo, pero las condiciones de esté cambiaron en el acto -