Muchos hubiesen creído que después del tiempo que ha pasado y las historias que ha contado, se dejase llevar una vez más a través del bosque, ese día los últimos rastros del invierno se reflejaban aún en el cielo, pero a lo lejos la montaña se veía clarisima, toda la silueta dibujada. Incluso la capilla que resistía en la cima se veía a lo lejos. En la radio la música sonaba y el paisaje que empezaba a ser conocido, le devolvía la idea que había mascullado toda la noche.
Todo se podría resumir en una sola frase, abrir lo brazos y el pecho y dejarse ir, y quizás no dejar de sonreír. Y quizás esa fuese la clave para la pregunta y ahora que? - pues y ahora.. seguir sonriendo y quizás todo salga bien, y quizás saber que la sonrisa puede ir y venir pero que el momento vivido no se va ir... y quizás. si quizás volver a soñar.
Caminar entre pequeñas calles de piedra, y en espiral, para simplemente abrir los brazos y dejarse ir... dejarse llevar.