19 de diciembre de 2014

Tiempos de lo que callo y lo que grito

Existe algo que suelo llamar, anorexia emocional, un desorden que impide que el individuo exprese correctamente aquello que siente y que al mismo tiempo limita la cantidad de emociones que puede llegar a sentir, ya sea por comodidad psicológica o desorden patológico.
Pero el individuo está hecho para ello, el sentir (Vivo, por que siento), pero ahora mismo me repito esa letanía, que me recuerda aquella frase inequívoca que salía de mi boca, una de esas tantas tardes repensando lo que estaba pasando.

- Mierda! me enamoré.. -

Desde el momento que la pronuncié, que lo verbalice sabía de entrada que iba a doler, dolería como siempre duele enamorarse, la sensación la reconocía de alguna vez tiempo atrás, con ese tormentoso primer amor, que te deja con el alma triturada y con una cantidad de cicatrices que me costaron siete años, masticar, evaluar y aprender. Pero así como quien no quiere la cosa, boca cerrada, labios cerrados, párpados cerrados y el viento por dentro, después de creer que había aprendido mi lección, como una bofetada, que me tumba al piso por segunda vez, afirmaba aquella frase fatal.

Mis sentidos, mis emociones todo mi cuerpo lo gritaba, de entrada ya tenía una coraza de lo que había sucedido aquella vez anterior, sabía que errores no iba a cometer, pero sucede que siempre se comenten errores y esta vez son nuevos. Me había prometido a mi misma que pasase lo que pasase viviría cada momento como si fuese el último, trataría de entregarlo todo, entregarme completa sin guardarme nada, para que no me repitiese despues frases del tipo "y si tal vez, yo hubiese hecho xyz", tendría la calma para aceptar la existencia de un final, de saber que viví el amor así como lo estaba deseando.

Pero, algo falló empecé a crear yo sola, a imaginarme, yo sola planes, juegos, momentos para hacer excepcional cada encuentro, para no dejar que muriera aquella energía que nos rodeaba, después de mucho tiempo alguien encajaba con aquel decálogo del hombre perfecto, lo deseaba (  aún lo deseo, por que me niego a creer que ya llegó el fin, pero duele casi tanto como si lo fuese) - y no quería que pasase desapercibido, no quería que pasase en blanco, por que estaba viviendo mi amor literario.

El problema fue que olvidé, que los hombres perfectos no existen, que también tienen defectos, que en mi caso por ahora solo logré visualizar uno, desaparecer. -Grave-  olvidé también que a pesar de entregar sin esperar nada a cambio, de hecho si esperaba una respuesta cualquier respuesta. Así como la que espero el día de hoy. No creo que te hayas enamorado así de mí, como yo lo hice de ti, tienes una coraza más fuerte y no te dejas llevar por sentimentalismos, que en mi caso me desbaratan.

Pero algo aprendí de las otras veces, no me voy a dejar desboronar..aquella frase que ahora me repito, "Bueno, las cosas sucedieron así, ni modo,la vida sigue"- quizás sea un arma de doble filo, una forma de llamar la anorexia emocional y filtrar el dolor.


Tiempos aparte. Mierda, Mierda, Mierda... odio andar lagrimeando a la madrugada, estoy ansiosa y no quiero esperar una respuesta, quiero que sea de inmediato, saber que pasos voy a seguir.