Sólo cuando eres alérgico entiendes algunas cosas de tu cotidianidad, el uso repetitivo de inhaladores, antihistamínicos y pañuelos kleenex, te convierten en uno de aquellos individuos con los cuales cualquier momento de normalidad puede pasar a ser un posible ataque asmático o una enronchada fija.
Después de varios ingresos a las salas de urgencias, moqueando y sin poder respirar, horas enteras con una máscara tipo alien cubriendo tu nariz y boca, con aquel sonido recurrente de respiración atrancada y de mocos fríos y aguados que se te escurren por el surco interlabial te das cuenta del goteo del salbutamol pasando por la máquina y evaporándose para acelerar tu corazón y dejarte atontado por las siguientes cuatro horas, cuando tienes que volver a recibir la máscara. Finalmente aprendes.
Aprendes que eres alérgico a la vida, el uso de la escoba y el recogedor se convierte en una tortura familiar, no porque no sepas barrer, si no porque aquellas labores cotidianas se transforman en un concierto de estornudos que dejan tu estomago adolorido ( cual sección de 1000 abdominales) y a tus familiares desesperados, por que no existe poder humano que logre detener la constancia del estornudo y se mantienen el terror de un posible ataque asmático y otra visita dominguera a la clínica de urgencias. ( Y es sólo cuando ves aquellos efectos en alguien más, que te das cuenta que es más facil morir, que ver morir a alguien). Pero de todo eso has aprendido, incluso reconocer la rinitis, y tratar de despejar la fosas nasales de una inflamación, aquello que para la gente común, suena como una persona sorbiendo mocos y tragandoselos, para uno es un intento sobrehumano al intentar pasar aire limpio por unas fosas que en su interior estan inflamadas y que se acompañan de una rasquiña en la parte trasera del paladar. Qué si te das cuenta, aquellos que sufrimos alergias somos excelentes besadores, sabemos usar bastante bien la lengua. - Esos y otros sonidos son los que se tienen que reconocer al momento de convivir con alguien que no puede comer, pipas de girasol, maní, leche de cabra, lentejas, camarones, huevo y otros alimentos que no recuerdo.
Por que despues de 25 años aprendes que si tocas unas fotocopias que llevan un tiempo arrinconadas, las manos se te van a poner rojas, aquellas huellas digitales, rasgadas por una dermatitis atópica, empezarían por arte de magia a sangrar. Y no es que fueras un santo católico que esta empezando a tener estigmas. No, simplemente es que la piel se abre y algo de sangre tiene que salir.
Porque si no te habías dado cuenta, llevas buena parte de la tarde rascando tu espalda y la parte interna de tus brazos dejando algunos moretones, que son difíciles de explicar, solo y cuando aprendes que tienes que convivir el resto de tus días con el mundo que esta en tu contra, la temporada de lluvia es fatal, la primavera ni se diga ( los árboles y sus esporas te hinchan los ojos), el verano es un acumulo de polvo y ácaros.
Finalmente, despertar a las tres de la mañana, con aquel reconocido picor en el paladar, la respiración a medias no es tan grave, si aprendes que sentandote, bajando a tomar un vaso de agua y mirar agónicamente la pared por un rato y esperar no es tan grave.. ya que como lo dije antes es más fácil morir que ver morir a alguien más, puesto que de haber avisado sabes de antemano, que la visita a las enfermeras de turno era inevitable. y realmente aprendes que no quieres que te reconozcan en el centro médico.
Tiempos aparte: Ashist... ! - siempre es bueno seguir un estornudo de un buen madrazo: MIERDA! - y saber que las ojeras siempre serán una marca oscura bajo tus ojos bastante sexy.